sábado, 19 de enero de 2013

Imaginación disciplinada o vocación universal.

Pero, cuidado, la ficción enmarcada en acontecimientos históricos (¿es esta una perífrasis eufemística?) es asunto muy serio, pues es fruto de una imaginación disciplinada. En la ficción enmarcada en acontecimientos históricos (¡qué molesto es el lenguaje teóricamente correcto!) la verosimilitud no depende únicamente de la coherencia del texto, sino también, e incluso más, de su fidelidad al pasado histórico, a los datos historiográficos. Para lograr esta fidelidad el escritor ha de documentarse bien, esta es la disciplina a la que tenemos que someter nuestra imaginación.

Recordad que cualquier gazapo es capaz de romper la magia del pacto de lectura.

Pero hay alternativa, no os asustéis. Frente a la ficción enmarcada en acontecimientos históricos (¿cómo evitar el circunloquio sin provocar una discusión de crítica literaria?) el escritor tiene en verdad dos opciones:

Opción A: volverse historiador, y agudizar el detalle histórico.

Opción B: volverse vidente, y agudizar la generalidad del relato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario