jueves, 17 de febrero de 2011

:-o NVO 1/2= NVO LNWAJ ¿NTNDS?

  
Hace unos días una escritora del Taller me preguntaba acerca de la posibilidad de incorporar el lenguaje de los SMS a su relato. Le contesté que el límite era la legibilidad y la comprensión. Para los que no estamos habituados a estos nuevos medios de comunicación, la reproducción de esta nueva realidad lingüística supone un reto que merece praxis o reflexión. Como soy de vida contemplativa me olvido de la praxis y leo.

El fenómeno que registra Ansón ―esos cien millones de SMS que diariamente se envían los españoles a través del teléfono móvil― es merecedor, ciertamente, de toda la atención, y viene a reforzar la impresión de que contra todo pronóstico, las nuevas tecnologías han dado lugar a una nueva era alfabética, como bien observaba Umberto Eco. Ya no se trata del resurgir de una inédita y vastísima literatura epistolar, sino más bien de la emergencia de lo que cabe describir como una especie de “habla escrita”, es decir, de una escritura sometida a la inmediatez, a la urgencia, a la improvisación, a la economía, a las irregularidades del habla coloquial: un nuevo registro idiomático que, por virtud precisamente de su extensión y de su novedad, se sustrae más que ningún otro ―al menos de momento― a toda voluntad de ordenamiento.

Ignacio Echevarría, “Otra escritura” (fragmento) en El Cultural (11-17 de febrero 2011)





domingo, 13 de febrero de 2011

LA LITERATURA ES CRIÓNICA

Lo que importa es que con el mundo se hagan países y lenguas; con el caos, sentido; con las praderas, campos de batalla; con nuestros actos, leyendas y esa forma sofisticada de la leyenda que es la historia; con los nombres comunes, nombre propio. Que las cosas del verano, el amor, la fe y el ardor se hielen para terminar en el invierno impecable de los libros. Y que sin embargo en este hielo un poco de vida permanezca congelada, fresca, garante de nuestra existencia y nuestra libertad. Ese poco de verdad mortal que arde en el corazón frío del escrito, la belleza parca del uno y el esplendor impasible del otro, esto es lo que me esforcé por decir aquí.

Pierre Michon, Mitologías de invierno, ed. Alfabia, Barcelona, 2009, p. 23.