domingo, 23 de diciembre de 2012

Nuestro presente histórico



Con prisas: la ciencia ficción imagina futuros.

Sin embargo su tema más profundo tal vez, sea, de hecho, nuestro propio presente histórico. También en esto es un género serio. Y nuestro presente histórico se vuelve personaje de dos modos.

En primer lugar: el hombre no puede construir de la nada, construye con aquello que tiene y conoce. Por esto, el futuro imaginado parte inexorablemente del presente de quien lo imagina, bien como una extrapolación, como una oposición apocalíptica o idealizada. En cualquier caso, una u otra cosa, implica una crítica.

Pondré ejemplos cinematográficos.


La película Gattaca extrapola la ingeniería genética y critica el determinismo genético. El mensaje de la película es un alegato a favor de la voluntad humana.


En segundo lugar:  desde el futuro imaginado el presente del autor se vuelve pasado, se vuelve historia. Y las impresiones que de aquel pasado histórico escriba el autor suponen un claro posicionamiento crítico.

Pongo ahora un ejemplo muy divertido de Woody Allen, una escena de El dormilón.