jueves, 31 de marzo de 2011

LA POÉTICA AGITADORA DE ARTHUR RIMBAUD.

Que el Poeta reviente en su salto persiguiendo cosas inauditas e  innombrables: ya vendrán otros horribles trabajadores. ¡Ellos empezarán a partir de los horizontes en los que el otro se haya desplomado!

—Continuará dentro de seis minutos—

[…]

Como le estaba diciendo, el poeta es realmente ladrón de fuego.
Lleva el peso de la humanidad sobre sus hombros, incluso el de los animales; deberá conseguir que sus invenciones se sientan, se palpen, se escuchen; si lo que él trae de allá abajo tiene forma, lo da con forma; si es informe, lo da informe. Hallar una lengua.
Por lo demás, como toda palabra es idea, ¡pronto llegará la hora del lenguaje universal! Hay que ser académico —estar más muerto que un fósil— para completar un diccionario, sea del idioma que sea. ¡Hay gente débil que, si se pusiera a pensar en la primera letra del alfabeto, acabaría por sumirse muy pronto en la locura!
Esta lengua será del alma para el alma —resumiéndolo todo: perfumes, sonidos, colores…—, del pensamiento enganchando el pensamiento y tirando de él. Si el poeta definiera qué cantidad de lo desconocido se despierta, en su época, dentro del alma universal, ¡conseguiría dar algo más que la fórmula de su pensamiento, que la notación de su marcha hacia el Progreso! Enormidad que se convierte en norma, absorbida por todos, ¡el poeta sería en verdad un multiplicador de progreso!
[…]



Así como los poetas son también ciudadanos, el arte eterno tendría sus cometidos. La poesía dejará de acompasar la acción; irá por delante de ella.
¡Qué poetas existirán entonces! Cuando las cadenas de la infinita servidumbre de la mujer sean rotas, cuando la mujer viva por ella y para ella, cuando el hombre —hasta ahora abominable— le haya dado la remisión, ¡también ella será poeta! ¡La mujer hallará su parte de lo desconocido! ¿Serán sus mundos de ideas distintos de los nuestros? Descubrirá cosas extrañas, insondables, repulsivas, deliciosas; nosotras las tomaremos, las comprenderemos.
Mientras tanto, exijamos a los poetas lo nuevo, ideas y formas. Por supuesto, muy pronto todos los listillos creerían haber satisfecho ya tal demanda. ¡Pero no se trata de eso!

Iluminaciones, seguidas de Cartas del vidente, Hiperión, Madrid, 1995, pp. 115-123.

martes, 29 de marzo de 2011

LA POÉTICA CUBISTA DE GEORGE BRAQUE (1882-1963)

"Limitarse en los medios es lo que engendra formas nuevas, lo que invita a la creación, lo que hace el estilo."



"El progreso en arte no consiste en extender sus límites, sino en conocerlos mejor."

Hombre con guitarra


"El cuadro está terminado cuando he borrado la idea."

Guitarra



El día y la noche: cuadernos 1917-1932, Acantilado, Barcelona, 2001.