Un grupo poético es
nada más y nada menos que una piña de amigos que se reúnen, que se estiman, que
siguen siendo, parte del motivo ocasional de su constitución sin solemnidad ni
objetivo político, filosófico ni siquiera de proclamación de principios poéticos,
un grupo en que cada uno es cada uno, distinto en su vida, en su arte, a veces
hasta opuesto a algún otro del mismo grupo. Guillén es todo lo contrario, por
ejemplo, de Altolaguirre y lo mismo lo es Lorca de Aleixandre o de Juan Larrea,
uno a uno, de todos o de casi todos.
Gerardo Diego, Obras completas, Prosa, Tomo VIII, prosa literaria (volumen 3), Alfaguara, Madrid, 2000, p. 270.
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