Cambia el narrador
y el punto de vista de esta historia.
Aula 209 del instituto Tirso de
Molina, los alumnos de 3º C asisten a clase de Educación para la Ciudadanía. El
profesor se llama Iñaki, es interino, sustituye una baja por maternidad. Suena
un móvil. El profesor pregunta de quién es el móvil que suena. Nadie contesta. Los
profesores pueden quedarse con los móviles hasta dos semanas. Dos minutos más
tarde el teléfono vuelve a sonar. El profesor persigue el sonido, lo pierde al
llegar a los pupitres de Emperatriz, Nelson, Mamadu y Patxi. “Sacad el móvil”,
por favor. El profesor les pide el móvil, pero sólo lo saca Emperatriz. El
profesor insiste, Mamadu se niega, dice que no ha sido el suyo, Nelson acusa a
Patxi, Patxi le replica en voz baja: “mono”, Nelson salta de su pupitre y
agarra a Patxi de la capucha de su sudadera, acaban en el suelo. Iñaki, el
profesor, es un tipo grande, fuerte, intenta separarlos, pero Nelson se
revuelve como una culebra de rio y lanza una patada. La patada acaba en las
piernas de Mamadu. Mamadu se levanta —es un masai tanzano de dos metros— y sale
del aula. Iñaki lo llama, “Mamadu, ven aquí, no puedes salir del aula sin
permiso”. Mientras, Patxi se zafa de Nelson y vuelve a insultarle. Gustavo no
es un buen amigo, pero es el mejor amigo de Nelson, y decide defenderlo: coge
su gorra y de un golpe se la mete en la boca a Patxi. Para entonces, Alejandro
lleva ya más de cinco minutos sin parar de reír, nervioso, satisfecho con el
barullo; golpea el pupitre con la palma de la mano y corea: “pelea, pelea,
pelea…”. Otros le siguen. Otros han salido en defensa de Patxi. Nelson golpea
sin ton ni son. Melissa se lamenta de que así “no hay quien estudie”. El
profesor empieza a gritar a todo el mundo, alguien le advierte: “profe,
apártate que te vamos a hacer daño”. Entonces aparece el director y pregunta:
“¿qué hace Mamadu paseando por los pasillos?”. Sobreviene un breve silencio,
muy breve, el móvil vuelve a sonar, estallan diecisiete carcajadas, y un manual de Educación para la Ciudadanía de
la editorial Santillana golpea la frente del director.
Estos
cafres están minando mi salud, a los politicuchos que se llenan la boca
hablando de integración les invitaría a que se dieran una vuelta por el
instituto que dirijo. ¿Ves estos puntos que me han puesto en la frente?
Otra vez los de 3º C. Salía de tutoría con unos padres cuando escuché
un jaleo enorme en esa clase del diablo, totalmente fuera de control
desde que Paqui dió a luz. Fuí a ver qué ocurría cuando me topé con un
negrito que aún no domina la lengua de Cervantes. Estaba fuera de sí,
bastante nervioso, no quiso pararse conmigo. Seguí mi camino y al entrar
en el aula sentí un gran impacto en la cabeza. ¡Un ponchito me había
tirado un libro! ¡Y de Educación para la Ciudadanía, de la editorial de
Polanco, que tiene cojones...! ¡Ay! Si levantase la cabeza el caudillo.
LUIS BERMEJO GONZÁLEZ
Mire, si me fuí de clase es porque no aguantaba más con esos imbéciles. Perdone pero es lo que son, y con ese chichón que le han hecho usted debería darme la razón. Sobre todo,Patxi, el niñato ese siempre anda vacilando, se mete conmigo porque no tengo un duro y llamó mono a Nelson, y por eso empezó la bronca.Si yo no quise sacar el móvil, es verdad, pero es que nunca lo saco con los compañeros, porque yo no soy como esos niñatos que vienen aquí con sus gorras de rapero y el iphone que les paga su papá. Bastante vergüenza paso ya en clase. Sí, lo cierto es que no debí haber salido. Pero preferí irme a casa que hacer como Nelson. Así que, por favor, castígueme pero no llame a casa.
JOSÉ ESPARZA RODRÍGUEZ
* Estos microrrelatos son fruto de un ejercicio realizado en 10 minutos durante la 5ª sesión del Taller de Escritura Creativa II, Estructuras.
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